Érick Rodríguez está en su mejor momento
- FUENTE: Diario de Yucatán
- 28 jun 2017
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Érick Rodríguez desea ser ejemplo para los jóvenes
“Los bailarines somos como deportistas de alto rendimiento, entrenamos tan fuerte como aquéllos y hacemos igual o más ejercicio; a esto hay que añadirle la presión al estar en escena y mostrarnos ante el público como si no nos costara trabajo lo que hacemos”, expresa Érick Rodríguez Fernández, primer bailarín de la Compañía Nacional de Danza (CND).
Érick está de visita en Mérida a invitación de la academia de danza La Fontaine para presentarse con una variación en el festival con el que la escuela celebra su 20o. aniversario de fundación.
Será hoy cuando el reconocido bailarín se presente en la gala de aniversario de La Fontaine, la cual será en el Teatro Peón Contreras.
En entrevista con el Diario, Érick comparte que bailará “Ave María” de Igal Berry con música Schubert.
Se trata de una pieza neoclásica que ejecutará por primera vez, de manera que fue para él una experiencia enriquecedora preparar esta coreografía, que, como el nombre lo sugiere, aborda un tema religioso.
Ser un ejemplo
Presentarse en este tipo de eventos, asegura, es una gran responsabilidad, pues debe mostrar a los bailarines en formación que la danza clásica puede ser más que un pasatiempo y convertirse en una profesión que requiere abordarse con disciplina, entrega y sacrificio.
Para él es importante amar lo que se hace, ya que practicar el ballet significa sacrificio y mucho dolor, debido a que las posiciones del cuerpo que se utilizan no son las naturales. Por ello se requiere de mucho entrenamiento desde la niñez “y si no hay ese amor por la danza es difícil que logren desarrollarse para alcanzar su máximo potencial”.
Afirma que se requiere no sólo un gran esfuerzo físico sino también emocional.
El entrenamiento de un bailarín —continúa— es tan intenso como el de un deportista de alto rendimiento: debe ser tan ágil como un boxeador y tan resistente como un futbolista, a lo que se añade capacidad de soportar la presión del escenario.
Érick considera estar en su mejor momento, una etapa que, a su juicio, atraviesa desde hace algunos años y está contento de mostrar que continúa en buena forma física para poder ofrecer lo mejor como bailarín.
Además de ser parte de la Compañía Nacional de Danza, desarrolla proyectos independientes, como impartir clases y asesorar la primera temporada de una naciente compañía de danza en San Salvador (estrenada en mayo pasado) y otras propuestas que por ahora no puede revelar.
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